jueves, 19 de marzo de 2009

Todo depende del cristal con que se mira


Fijensen mis lectores no todo es lo que parece. Hace unos Días yo venia muy distraida a la casa de mi abuela. Les había contado que ahora vivo con ella. Bueno el caso es que ella vive en un complejo de apartamentos donde se permiten las mascotas y otros mal venidos animales. En estos apartamentos los Balcones tienen una Hermosisima vista al estacionamiento (woow que grandioso, verdad). Entonces hay algunos vecinos que ponen sus perros en el Balcón y sus pocas plantas para no sentirse tan urbanos y tener algo de verde en sus vidas.

Bueno este día yo me baje del auto y un perro empieza a ladrar insistentemente y con un tono tan molesto que mire en la dirección de donde yo en ese momento pensé que venia el ruido. Y da la casualidad que cuando miro efectivamente había un perro en el primer piso, pero no estaba ladrando al contrario estaba observando muy calladamente. Eso por supuesto me pareció raro.

Mire luego en el segundo piso pero solo veía las molesta y mal venidas palomas de siempre en este caso solo una parada en la orilla de la ventana. Por obvias razones la descarte rápidamente y seguí buscando el perro ruidoso pero sin resultados satisfactorios. Pero según el ruido este tenía que estar en el área y solo veía un perro mudo y una paloma. Así que dude de la realidad y pensé: "Bueno si lo posible no funciona por que no buscamos posibilidades imposibles" Las posibilidades eran Una paloma Bilingüe alguna aleación genética entre paloma y pájaro Lira, o un pero ventrílocuo que sin hacer gestos podría emitir el ladrido y acusar a la paloma.

Pero lectores descubrí la posibilidad razonable en donde como mencione antes habían unas plantas y un perro escondido entre estas que sus dueños tenían en el Balcón. Frustrando así a mi imaginaria paloma bilingüe y/o mi precioso perro ventrílocuo. Y aun escribiendo estas lineas me rio de mi propia ingenuidad.

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